La Ermita de San Sebastián fue
edificada en 1.679, con las limosnas y donativos de los paduleños, que fueron
los que sufragaron las obras como muestra de agradecimiento a su patrón por
haberles librado de la plaga de "peste" que asoló la comarca del
Valle de Lecrín y de la que El Padul se libró.
El patrón del pueblo San
Sebastián fue nombrado así por D. Juan de Austria a. mediados del s.XVI.
El estilo arquitectónico de esta
ermita es una mezcla del mudéjar y el barroco. La estructura del templo es
sencilla, su planta es rectangular y consta de una sola nave, el Altar Mayor
muestra un retablo del S. XVIII de estilo barroco tardío y estructurado en dos
cuerpos. En el piso inferior se encuentra la imagen de San Sebastián y en el
superior la de la Virgen de las Angustias, los dos patrones de este pueblo. La
ermita tiene una entrada principal, enmarcada por un arco de medio punto y
precedida por una cruz de piedra.
Cada 19 y 20 de enero la
población de Padul celebra el día de su patrón San Sebastián. La tradición
consiste en ir a los cerros y montes colindantes para recoger leña y con ella
hacer hogueras en varios puntos del pueblo preparados para ello.
Según cuenta la leyenda, a la
persona que no recogiera leña le podían salir las viruelas. En la noche del 19
de enero, la imagen del patrón San Sebastián, junto a la imagen de la Virgen de
los Remedios, es transportada desde la Ermita a la Iglesia Santa María la
Mayor.
A las 21.00h la puerta de la
Ermita se repleta de paduleños y paduleñas que asisten a este lugar para dar
salida a su patrón y cantar el himno de San Sebastián. El himno dice así:
Como soldados de Cristo
lucharemos por la, paz;
y tú serás nuestro jefe
glorioso San Sebastián.
En tu martirio hay ejemplo
de fe, de amor y humildad.
En Padul los corazones
en tus filas morirán.
En tus filas, En tus filas,
En tus filas morirán.
No quisiste gozar en la tierra,
ni en festines del mundo brillar.
Dedicaste tu vida de apóstol,
mostrando al hereje la luz del
altar.
Si la hoguera de amor de tu pecho
en el mío consigue abrazar
al martirio iré satisfecho
y contigo de Dios a gozar
y contigo de Dios a gozar.
Como soldados de Cristo
...
Esta música fue compuesta en el
primer tercio del. S. XX por el vecino de esta villa D. Joaquín Diego Martín y
su letra nació de la pluma de D. Antonio García Molina
El día 20, ya desde la Iglesia, y
por la mañana, de nuevo el Santo recorre Padul, junto a las lumbres y entre explosiones
de escopetas y cohetes. Tan solo el año 1.935 se celebró esta procesión por la
tarde pues, entre los clérigos, no había, acuerdo sobre quién debía predicar el
sermón. Tras el almuerzo y consenso fue D. Benjamín González el elegido.
Todos estos festejos comentados
eran costeados por las arcas de nuestro Ayuntamiento, excepto en los años de la
República en que los sufragaron los propios feligreses. En el año 1.940 se
volvió a la antigua costumbre.
Esta Ermita estaba comunicada con
la casa del ermitaño, que poseía además un huerto y pedazo de tierra que donó
al Ayuntamiento en escritura pública el 12 de diciembre de 1776 a favor de
dicha Ermita y su culto. El ermitaño vivía sostenido por su trabajo en el
huerto y las limosnas de los paduleños, sobre todo en tiempos de recolección.
Este ermitaño y los capellanes
para el culto religioso eran nombrados por los prelados granadinos.
Corría el 25 de abril de 1.905
cuando el Ayuntamiento de Padul cede, gratuitamente, esos terrenos (unos 10
marjales) a la Congregación de las Madres Carmelitas del, Beaterio de Santa
María Egipcíaca de Granada para construir un colegio.
Terminado este edificio hacia
1.909 la inversión ascendía a 283.742 pesetas. Es entonces
cuando se funda, junto a la Ermita de San Sebastián, una casa filial para
convento y dedicación a la Enseñanza.
Muchísimas niñas del pueblo y del
Valle, recibieron su instrucción infantil. La casa se amplió y habilitó para
residencia de las monjas y también este edificio cumplía la función de
internado para las alumnas que residían fuera del municipio de Padul.
Actualmente vemos una
remodelación que hizo el primer gobierno democrático paduleño en los años 70
aproximadamente, adaptando las instalaciones para acoger a los niños de
preescolar de nuestro pueblo.
La parte del convento, adosado a
la Ermita por la izquierda, fue derribada por encontrarse en ruinas. Se
conservó el aulario con sus pasillos de columnas, y ahí han recibido, en sus
seis clases, la educación preescolar los alumnos de 4 y 5 años durante muchos
años.
Ahora ha quedado para uso de la
Parroquia, con el fin de impartir catequesis y otras reuniones. Este patio que
vemos era parte de los marjales cedidos por el Ayuntamiento para sostenimiento
del culto de la Ermita, y alimentación del ermitaño.
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