Este monumento conocido popularmente como la
Casa Grande, se encuentra localizado en pleno centro del municipio.
Lo que hoy
vemos de él, es un edificio reconstruido en el siglo XVI sobre los restos de
las ruinas de una casa fuerte árabe y reedificado en 1613 por Don Antonio de
Aróstegui, Secretario de Estado de Felipe III.
Este edificio se sitúa en el
interior de un gran espacio casi cuadrado, cercado por un muro y con acceso por
un gran portón.
Una vez en el interior, lo que es
en sí el Castillo-palacio se ubica en el cuadrante Suroeste del recinto,
también de forma casi cuadrangular. En este último recinto, el edificio tiene
forma de L, estando el lado mayor orientado al Norte y el menor al Este,
acoplándose a él otra L invertida constituida por dos patios separados por un
grueso muro coronado por un almenado de pináculos piramidales.
Dada la forma de la planta
mencionada, el resto de las dependencias se sitúan a la derecha del zaguán
(entrada), estando constituidas por tres salas contiguas, de mayor tamaño la
central. Esta misma distribución se repite en la planta superior, llegándose a
ella por una escalera, hoy inexistente y por último este edificio dispone de
una tercera, formando dos torres de planta cuadrada.
Este palacio es de carácter civil
dispone de una arquitectura de estilo barroco muy severo, no tiene alardes
decorativos y la obra atrae por sus elegantes proporciones y su diseño
equilibrado, sin olvidar el sencillo juego de volúmenes, a distinto nivel, y la
gracia y elegancia de los remates puntiagudos con recuerdos escurialenses (de
San Lorenzo de El Escorial).
La puerta de entrada al edifico
se sitúa en la fachada principal, enfrentada con el portón de la cerca
exterior. Encima de ella nos encontramos, un dintel en el que existe una lápida
de mármol con inscripción y en la que se puede leer la defensa del palacio en
1569 y la fecha de su reedificación.
“En el año de 1569, por agosto,
siendo dueño de esta casa Martín Pérez de Arostegui de Vergara, originario de
Álava de Vergara, en la provincia de Guipúzcoa, la defendió valerosamente de
gran multitud de turcos, moros y moriscos, cuando el levantamiento de ellos,
hallándose con sólo seis personas y durante el combate que fue desde el
amanecer hasta el atardecer, donde Aróstegui con su escopeta de caza ocho de
los más principales que gobernaban aquella gente, lo cual fue parte para que no
se perdiese este lugar y en memoria de este hecho la reedificó Antonio de
Aróstegui su hijo, secretario de Estado del Rey Felipe III de este nombre. Año
1613”.
Sobre ella reposa el escudo
representativo de la familia de Pérez de Aróstegui.
Como podemos ver este escudo está
compuesto por:
Las 8 cabezas, representan el
momento en que Martín Pérez de Aróstegui mató con su escopeta de caza ocho de
los principales que gobernaban en aquella gente.
En el primer cuartel podemos ver
las llaves de San Pedro cruzadas con una estrella debajo de ellas y una media
luna encima y que coincide con un escudo que se encuentra en la fachada del
Ayuntamiento de Bergara.
En el segundo cuartel se puede
observar dos grajos de sable acostados sobre un árbol de sinople.
En el tercer cuartel aparece un
canasto.
Y por último vemos una flor de
lis de oro con un lobo a los pies de esta.
Además una de las características
que hace diferente a este Palacio histórico y artístico de cualquier otro, son
sus asientos ubicados en la entrada del Palacio, con esta singularidad sabemos
que pertenece a uno de los pocos y raros Palacios de Asiento que se pueden
encontrar en la provincia de Granada, significando ayuda para los pobres que
pedían alimento y auxilio.
Uno de los hechos históricos
vividos en Padul (concretamente alojados en la Casa Grande) y aunque nada
indica el pasado siniestro vivido en este castillo palaciego del S. XVI, fue
durante la Guerra Civil un centro de reclusión, en el que los prisioneros eran
utilizados como mano de obra para trabajos forzados. Aunque esta historia
vivida en la Casa Grande como centro de reclusión franquista ha pasado bastante
desapercibida desde el momento ocurrido hasta nuestros días, esperamos que se
vaya conociendo más todos los hechos históricos vividos en ella.
Los prisioneros que fueron
reclutados durante la "guerra civil" procedían de distintos frentes
de la Península Ibérica, especialmente de la zona de La Alpujarra y del País
Vasco, estos últimos son conocidos por el nombre de “Gudaris”.
Los presos además de realizar
trabajos forzados en tierras paduleñas, también convivieron en armonía junto
con los habitantes de la época, ayudándose unos a otros en el día a día.
La razón de haber escogido el
viejo castillo para acoger a estos hombres se debe a sus grandes salones, que
permiten instalar los dormitorios y todas las dependencias necesarias, y a la
amplitud de los patios, imprescindibles en un recinto penitenciario.
Con estas imágenes vemos el
esplendor de la arquitectura que podemos encontrarnos en las calles de Padul,
dando un simple paseo o disfrutando de ellos durante los eventos que se
realizan en él, a lo largo de todo el año.
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